LA LUZ UV ES UNA RADIACIÓN ELECTROMAGNÉTICA
¿Qué es la UV-C?
La luz ultravioleta (UV) es una radiación electromagnética. Su espectro de longitud de onda se sitúa en la región entre luz visible y rayos X. Es invisible, oscila entre 100 nm y 400 nm y tradicionalmente ha sido subdividida en 3 categorías o regiones.
La radiación UV proviene del sol, evidentemente. Alrededor del 10% de toda esa energía se sitúa en el rango UV, y solo el 4 % es capaz de cruzar la atmósfera y llegar a la superficie de la Tierra. La energía restante es absorbida por el oxígeno (O2) y el ozono (O3) en la estratosfera, bloqueando la mayor parte del componente UV-B y todo el componente UV-C de la luz UV.
LA RADIACIÓN UV ES UNA TECNOLOGÍA BIEN CONOCIDA EN ESTE ÁMBITO
¿La radiación UV se ha empleado previamente para la desactivación de los virus?
Sí, de hecho, la radiación UV es una tecnología bien conocida en este ámbito. Se ha reportado que en 1937 Hart empleó una serie de lámparas UV para esterilizar el aire de suministro en un quirófano. Hart empleó radiación UV directa y de alta intensidad para la desinfección de los quirófanos del Duke University Hospital después de que fracasaran los métodos tradicionales. En 1972 Riley instaló lámparas UV en el sistema de ventilación de una escuela y redujo drásticamente la incidencia del sarampión, y las aplicaciones sucesivas fueron igualmente exitosas. Desde entonces la UV-C se ha empleado con éxito en un gran número de aparatos y dispositivos para la desactivación de microorganismos tales como bacterias, virus y hongos.
Las primeras aplicaciones de desinfección continua con UV-C fueron construidos hace unos 15 años principalmente para reducir el número de infecciones intrahospitalarias.
¿Por qué la UV-C desactiva los virus?
La UV-C es una radiación electromagnética que impide que los microorganismos se reproduzcan al causar cambios fotoquímicos en los ácidos nucleicos. Las longitudes de onda en el rango UV-C son especialmente dañinas para las células porque son absorbidas por los ácidos nucleicos impidiéndoles desarrollar sus funciones celulares vitales. La eficacia germicida de la UV-C alcanza su punto máximo alrededor de los 250 – 265 nm, que corresponde a la absorción de UV por parte del ADN bacteriano. La eficacia germicida de la radiación UV-C puede variar entre patógenos, y las longitudes de onda de rango más amplio que incluyen la UV-B también contribuyen mínimamente a la desactivación (Webb y Tuveson, 1982). Se ha demostrado que la radiación UV-C ha sido un método utilizado para la desinfección en distintas aplicaciones durante los últimos 80 años.
CORONAVIRUS
Sobre la COVID-19 y el SARS-CoV-2
La COVID-19 es una enfermedad respiratoria causada por el virus SARS-CoV-2 que ha generado brotes a escala mundial. Estructuralmente este virus es similar a otros coronavirus como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS). El SARS-CoV-2 ha sido identificado como una nueva variante en la familia de los betacoronavirus (Fisher, 2020).
Todo virus necesita una cierta dosis de energía UV-C para impedir el desarrollo de sus funciones celulares vitales. El virus SARS-CoV-2 está siendo sometido a estudios de susceptibilidad ultravioleta, pero globalmente se estima que al ser un virus ARN envuelto típico, la dosis debe ser similar, aunque durante los años se han realizado muchas otras pruebas en coronavirus relacionados demostrándose que los coronavirus son muy susceptibles a la desactivación ultravioleta.
REDUCCIÓN LOGARÍTMICA
Velocidades de desinfección mediante UV-C
Las capacidades de desinfección son proporcionales al tiempo de exposición. Las lámparas UV-C trabajan al máximo rendimiento, y es el tiempo de iluminación lo que define el grado de desactivación de los patógenos.
Pero la tasa de desinfección no es una variable absoluta. Los microbiólogos usan el factor de reducción logarítmica para expresar el nivel de desinfección de microorganismos, y dicho factor de reducción condiciona el tiempo de exposición de un determinado dispositivo de desinfección UV-C.
El concepto de reducción logarítmica
La reducción logarítmica es un término matemático empleado para expresar el porcentaje o la proporción de microorganismos desactivados en un proceso de desinfección. Se calcula con el logaritmo de base 10 de la relación entre las unidades del patógeno y después de la exposición a la luz UV.
Cómo se calcula el tiempo de exposición a la luz
El tiempo de exposición para desinfectar una sala es una función de estas 4 variables principalmente:
- Susceptibilidad del patógeno a la UV-C (flujo de microbios)
- Factor de reducción logarítmica (LRF)
- Potencia de radiación del dispositivo UV-C (DRP)
- Distancia del dispositivo UV-C al microbio expuesto
Tiempo de exposición = Φ (flujo de microbios, LRF, DPR, distancia)
ESPECIFICACIONES ESTÁNDAR INTERNACIONALES
Estándares de seguridad
Los estándares internacionales especifican unos requisitos mínimos de seguridad humana para el uso de dispositivos con lámparas UV-C. Se aplican a sistemas de UV-C en conducto, sistemas de UV-C de ventilación superior en sala, dispositivos de UV-C portátiles en sala y cualquier otro dispositivo de UV-C que pueda causar una exposición humana a la UV-C. No se aplican a productos de UV-C usados para la desinfección del agua.
La dosis diaria máxima por persona es de 6 mJ/cm². Distintos productos y aplicaciones UV incorporan una serie de prestaciones de seguridad, incluidos los sensores de movimiento que aseguran una desconexión inmediata para prevenir la exposición del operador a la UV-C. Sin embargo, en caso de exposición directa a la UV-C y de acuerdo con este estándar, cada operador puede estar expuesto de forma segura diariamente a 1 min y a una distancia de 4 m del dispositivo.
A pesar del evidente bajo riesgo de exposición, recomendamos el uso de ropa y gafas protectoras, típicamente usadas por motivos sanitarios y de seguridad laboral.